
Porque de éso se trata la resolución del concurso de traslados enfermero que mañana se publica en Boja. Una elección hecha en ambos sentidos: La propia particular a la hora de elegir qué es lo que quieres hacer con tu vida profesional y otra elección más vil en la que vamos a asistir (ya lo estamos contemplando con esos listados filtrados como siempre un par de días antes por los sindicatos) a cómo muchos compañeos DCCU no van a obtener plaza estando ahora sentenciados, y a expensas de resolución definitiva, a abandonar posiblemente toda una trayectoria de compromiso y adhesión a un área de trabajo a la que nos habíamos sumado con un montón de ganas y motivación.
Algunos vamos a conseguir posiblemente mantener esa línea, pero el precio que vamos a pagar es alto. Aunque no existen distancias, cualquier cambio plantea incertidumbre y por qué no decirlo, miedo o al menos congoja. Pero ha sido la elección y en estos momentos no puedo más que sentirme orgulloso de haber mantenido un discurso hasta sus úlimas consecuencias. Yo voy a seguir siendo enfermero DCCU, y por ende, esa bandera que decidimos en conjunto ondear en su momento, no va a parar de moverse ahora al compás de un viento cargado de brisas de mar. Mi niño siento que posee una inclinación especial por el mismo y crecer junto a él a lo mejor le da un algo distinto mezcla con sus orígenes. Quizá estamos delante de una oportunidad distinta. Alá es justo y seguro que nos está dando lo que merecemos. Gracias. Allá vamos.
Comentarios