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“CIENTIFICISMO DE ESTADO vs SINDICALISMO CIENTÍFICO”


CIENTIFICISMO DE ESTADO vs SINDICALISMO CIENTÍFICO”

A propósito de las Elecciones SEMES-A 2009

(Sevilla 16 de Octubre)

Anhelo de “poder” y control

Es evidente y no hace falta discurrir mucho para entender que, nuestra vida profesional, laboral y muchas veces de relaciones (incluido incluso nuestro tiempo de ocio, algunas veces “sacrificado” a perpetuar relaciones en una esfera distinta a la ociosa, personal e individual y perteneciente más a lo social y compartido), se encuentra y discurre en “campos” donde se compite por el control de cada uno de estos “anillos sociales” donde desarrollamos nuestra vida; Además, si en éstos se vislumbran “especies de capital”, poder económico, cultural, docente, simbólico o de representatividad, el anhelo no solo por la pertenencia, sino por el control, es claro, buscado y perseguido. En nombre de la dignidad si es que además hemos sido azotados por la fusta del poder institucional en algún momento.

Entorno de ciencia: Urgencias y Emergencias.

Supuestos entornos de ciencia y de desarrollo de una actividad de conocimiento y compartimiento del mismo, que se suponen asépticos en la forma de generarse, de transmitirse, de difundirse (haciendo un pequeño ejercicio de imaginación), adquieren de esta manera unas tildes y potencial de representación que entran también en esa esfera de anhelo del colectivo más inmediato y con el que compartimos intereses y que provocan la pugna por la representación y la representatividad, en ese espacio de ciencia al que, a la vez, no se tiene clara adhesión bajo todos estos cuestionamientos y debido a las luchas internas, históricas y de segmentación de la colectiva corriente de opinión, cuando se trata de la búsqueda del poder y que a nadie se le escapa. Siendo el que sea y en el entorno que queramos. En este caso el de las Urgencias y Emergencias, sus servicios, Jefaturas, Coordinaciones, Docencia y potencial comunión con la Administración y en esta esfera.

Representatividad “bipolar”

No deja de ser ridícula la búsqueda de esa representatividad científica, de velo y celo empírico, alrededor de cuestiones que se encuentran en una esfera más profesional y de calculado balance gestor y administrativo: De recursos, inversión y resultados políticos de cara al colectivo votante y que se pueden maquillar de ciencia todo lo que queramos y si presuponemos que hemos agotado la lógica vía de lucha sindical y obrera.

No se puede a la vez pretender plantear un entorno de ciencia aséptico sobre un mapa laboral y servicios salpicados de contención y economía política, bajo supuesta ideología y formas con las que perfectamente puede no estarse de acuerdo. Con las que realmente no lo estamos y hacer creer que no dolemos de estos sentimientos ni que éstos entran en nuestro laboratorio.

Es por todo que no se entiende, y no deja de ser curiosa a la vez, la pretensión, me atrevo a decir esta vez que, casi colectiva, por hacernos con la representación y Junta Directiva de la Sociedad Española de Medicina de Emergencias en Andalucía (SEMES-A) y ante esta bipolaridad irrenunciable. Desde incluso tres candidaturas que concurren a las próximas elecciones el 16 de Octubre en Sevilla. Abanderando ciencia, pretensión de formación continuada, investigación y docencia para los asociados y a la vez PODER para los órganos de representación. “Frente” a la Administración, y en este caso la Consejería de Salud y SAS, en esa potencial relación que la Institución baraja en el entorno de aval científico que ésta se calza ante cuestiones y medidas que no abandonan jamás el artículo político de traducción y renta supuestamente social (y no olvidemos que censal), para nada en la esfera profesional o en este caso de asociados que nunca dejamos de ser el mecanismo a través del cual “llevar a cabo” y concretar. Perpetuando supuesta ideología gestora y que lo más normal es que a la vez pisotee a los profesionales ante los ojos sindicales. Ejemplos hemos tenido y seguiremos teniendo decenas.

“Cientifismo de Estado vs Sindicalismo Científico”

Se habla del Sindicalismo de Estado (sindicalismo reconciliador que responde a otro tipo de intereses - intereses corporativos del mismo sindicato, intereses profesionales de dirigentes y liberados, etc.-) lo mismo que podríamos hablar del Cientifismo de Estado, no porque éste busque la explicación de todo a través del empirismo aprendiendo de sus errores (el Estado), sino porque Ciencia es la que termina avalando cuestiones y medidas de Estado en una onda más sindical que científica y que puede usarse como corriente de pensamiento razonador y razonado de lo inexplicable, y ocupando un espacio donde debería encontrarse ese otro sindicalismo histórico como forma de autoorganización obrera con objetivos de transformación radical de las estructuras socioeconómicas, que en definitiva es de lo que hablamos aunque circunscrito y, domésticamente, a los entornos donde nos desarrollamos laboralmente: Las Urgencias, en este caso del Sistema Sanitario Público Andaluz (SSPA).

Ejemplos de metamorfosis de Ciencia en “Cientifismo de Estado” así entendido tenemos en Andalucía unos cuantos y más en el nivel de la Atención Primaria de Salud, que luego a la vez coloca estratégicamente a sus vocales-dirigentes en los sitios y sillones de la dirección gestora del SAS en este nivel y cuando no están ocupados por ex concejales afines, manteniendo un discurso estratégicamente programado y en la corriente de asertividad que identifica a tanto fariseo convencido de la innecesaria actitud reivindicativa. Por no hablar del “estado de sitio” de los grandes entramados estratégico-gestores en los que los verdaderos profesionales de las urgencias no cuentan (PAUE) y mediante brazos políticos afincados a la vez en Sociedades Científicas que por supuesto no son SEMES (por ahora) y que llevan años practicando ese Cientifismo de Estado que esperemos (¿?) no salpique de nuevo de las mismas formas y tras estas elecciones, convirtiendo todo en una de las consecuencias de esta tan anhelada, esta vez, pretensión de victoria y llegada a esa Junta Directiva en el seno de una supuesta Sociedad Científica con todo este supuesto potencial y en un entorno coloreado de todos estos matices.

Sea como sea, yo me uno a éso y habrá que marcar realmente y muy claramente objetivos en el sentido que sea y sin lugar a dudas, bajo el consenso que no te otorga en ningún momento el ganar unas elecciones, las gane quien las gane y muy por encima de ese discurso actual y de propaganda electoral que unos u otros nos hemos planteado con mayor o menor acierto, similitud, incidencia o contemporaneidad. Dejar de escuchar al perdedor, es empezar perdiendo.

Ni ciencia aséptica que realmente no existe, ni sindicalismo “radical” ocupando espacios que no corresponden a una Sociedad Científica, cuando los sindicatos no juegan su papel de forma inexplicable, siendo marionetas del poder y todos nosotros testigos de ello. Ni cientifismo de Estado, ni Sindicalismo Científico en esa ambigüedad de actitudes y discurso.

Sea como sea lo interesante será cómo adquirir las formas una vez que cualquiera de las tres candidaturas se haga con esa representatividad de la que venimos hablando e identificar los hilos que comiencen entonces a orquestar actuaciones.

Suerte a tod@s. El continuismo, evidentemente, no radica en las personas, sino en las formas que se adopten y, seguro, termina siendo abanderado de muchas maneras e identificado de diversas formas sin mucha posibilidad de cambio. No nos engañemos. Es el juego y éste se perpetúa. Queda poco por inventar.

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