El 6 de Julio de 2007, Jerónimo Romero-Nieva Lozano, presidente en ese momento de la UESCE, recibe una carta en la que se le invita a formar un grupo enfermero, en el marco de las actuaciones que el Gobierno de la Nación denominó Plan Avanza, y en el que entonces el Ministerio abordó a lo largo del 2006, en colaboración con red.es (entidad pública
dependiente del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio) el conjunto de proyectos
“Sanidad en Línea” y con el objetivo de todos ellos de apoyar las actuaciones de implantación de
sistemas y tecnologías de la información y las comunicaciones en el sector sanitario público,
orientadas a usuarios/pacientes y a profesionales sanitarios, que ya venían realizando los
Servicios de Salud de las Comunidades Autónomas. "Pretendiendo aportar, a
través de instrumentos propios del Sistema Nacional de Salud, los elementos de cohesión
necesarios entre dichos sistemas autonómicos, que garantizaran el mayor grado posible de
continuidad territorial a aquellos servicios que el ciudadano recibía y los que pudiera
recibir en el futuro".
Las actuaciones de “Sanidad en Línea” se concretaban en cinco proyectos, uno de los cuales se denominó "Historia Clínica Digital en el Sistema Nacional de Salud (HCDSNS)", siendo el objeto de aquella carta.
El contenido de aquel proyecto (en el cual yo participé siendo parte del G7 enfermero), expresado de forma sintética, fue definir e implantar, en
colaboración con todas las Comunidades Autónomas, un sistema informático que permitiera a
los profesionales asistenciales del sistema público acceder a aquella información clínica
existente en formato digital de un paciente concreto, cuando demandara asistencia fuera de la
Comunidad Autónoma donde habitualmente residía. Ello, naturalmente, con las debidas
garantías de privacidad para el paciente que la naturaleza de estos datos exige y de toda la normativa europea manejada.
Cada Comunidad Autónoma venía (y viene ¿?) implantando sistemas que aportan a
ciudadanos y profesionales información clínica cada vez más extensa y de mayor utilidad, a
través de recursos informáticos de complejidad también creciente. Sin embargo, en un
entorno de movilidad progresiva de los ciudadanos, la limitación en el acceso a la información
clínica a un ámbito geográfico restringido se vislumbraba como un serio problema (lo sigue siendo), percibido tanto por los
profesionales sanitarios responsables de proveer atención de calidad como por los
ciudadanos.
Para afrontar el reto planteado, ese Departamento vino trabajando desde noviembre de
2006 con grupos de profesionales médicos de distintas especialidades (designados por
diversas sociedades científicas y profesionales), con el objetivo de establecer por acuerdo
cuáles debían ser los datos mínimos que debían contener ciertos conjuntos de datos clínicos en el
ámbito del SNS.
El producto de cada uno de esos grupos fue un informe-propuesta sobre el
que posteriormente pudieran trabajar y establecer el correspondiente consenso las
Comunidades Autónomas a través de los órganos de participación y decisión vinculados al
Consejo Interterritorial del SNS.
Hasta ese momento se habían debatido y consensuado los conjuntos mínimos de datos que, por
su homogeneidad, permitirían el intercambio de información de los informes clínicos de alta de
hospitalización y de consultas de especialidades, el informe de atención en urgencias, la
historia clínica resumida y el informe de atención primaria, así como el análisis de los
requerimientos funcionales del sistema HCDSNS.
Una vez finalizadas esas tareas, el Ministerio de Sanidad y Consumo se propuso, entre otros
objetivos, obtener el consenso acerca de los conjuntos mínimos de datos comunes en los
informes de cuidados enfermeros, para lo cual fue necesario constituir un nuevo grupo de
trabajo (El G7: grupo enfermero -último en entrar en el proyecto-) para cuya conformación se contó con la propuesta de profesionales por parte
de esa Unión de Sociedades Científicas (UESCE).
Dados los diferentes perfiles que debían reunir las personas que integrasen el grupo de trabajo,
con el fin de abarcar las peculiaridades de los cuidados enfermeros en las distintas áreas de
atención, se relacionaron a la UESCE, en un documento adjunto a aquella invitación, los correspondientes a las personas
que formasen parte de su propuesta. En todo caso, debía de tratarse de profesionales que vinieran
prestando desde hacía al menos cinco años, cuidados a pacientes en su área, en centros
públicos del Sistema Nacional de Salud y fuesen, preferiblemente, usuarios informáticos de
algún sistema que aportara información clínica relacionada con estos contenidos (no
obligadamente Historia Clínica).
El estilo de trabajo a
desarrollar fue, en su mayor parte, a través sistemas a distancia (Red Colaborativa en un entorno Web), aunque fueron necesarias al
menos dos reuniones presenciales, siendo acreditados por el Ministerio y como para justificar aquellos desplazamientos en nuestros servicios.
La convocatoria la hacía Mercedes Alfaro Latorre, Subdirectora General del Instituto de Información Sanitaria.
Así es como se conformó el grupo, con enfermeras asistenciales de los distintos niveles, aparte alguien seleccionado directamente por el CGE y por el propio Ministerio.
Si os dáis cuenta, el Grupo 7 comenzó sus trabajos cuando ya estaba "cerrado" el trabajo del resto de grupos, incluído el que se encargó de la historia clínica resumida y el del informe de Atención de Urgencias. Que hasta ese momento, no contaban con un apartado y/o ítems que pusieran de manifiesto, aparte del #ICCuidados que se nos estaba encargando, la parte enfermera que apareciese en pantalla una vez que cualquier profesional abriese esa futurible Historia Digital en cualquier enclave geográfico al que el paciente se trasladara accediendo a cualquiera de estos informes.
Por tanto el trabajo no consistió solamente en la determinación y consenso alrededor de ese conjunto mínimo de datos que contuviera el #ICCuidados, sino en la "negociación" de nuestra inclusión en el "pantallazo resumen" de la HCDSNS y la inclusión de la parte enfermera del informe de Atención en Urgencias. Cuestión ésta que finalmente se obvió (se vé que no entendieron las posibilidades de contextualización del Proceso enfermero a Urgencias en la que ya habíamos trabajado), o símplemente querían acabar aquello cuanto antes y no fueron capaces de reconocer el fallo inicial de no incluir una enfermera en el grupo que llevó a cabo el trabajo alrededor de dicho informe de urgencias. Cuestión que posteriormente provocó una recomendación profesional por parte de la SEEUE y como no podía ser de otra forma.
Fueron algunos meses de trabajo en Red (2007-2008) partiendo de una propuesta inicial, para finalmente concluir con un documento consensuado que se vería reflejado un par de años después en el el Real Decreto 1093/2010, en el que no apareció propuesta enfermera alguna, como refería antes, relacionada con el informe de Atención de Urgencias (grave error y de partida), pero si en el resumen de esa HCD.
Como ya habéis comentado algunos, aparte lo decretado, los plazos planteados normativamente y la no conclusión del proyecto y generalización a todos los servicios y CCAA, es obvio que el hecho marca un hito en la consideración del trabajo enfermero, su registro a través de metodología y su reconocimiento como parte de la Historia Digital.
Comentarios