Visto cómo está el patio en cuanto a mangoneos, corrupción y desfalcos al fisco, de los cuales vamos asumiendo un cuentagotas diario de los que claman al cielo por provenir de altos cargos políticos y/o pseudoempresariales, tonadilleras, de la realeza monárquica o republicana y de inclinada y reconocida afinidad ideológica hacia unos u otros o con éstos o aquellos (sin desdeñar el plano doméstico de desafección con el fisco, que contará por miles a los insumisos y defraudadores). Y éso sin que a nadie se le haya ocurrido auditorar todos esos entramados de mitad y mediada gestión administrativa/pública que ahora son reconocidos de "obligada pertenencia" profesional y de reputada vela de las competencias enfermeras y la deontología por la vía del constitucional, cuestión que presuntamente nos desvelaría inimaginables sorpresas. Nos salen con que es necesaria y sería recomendable la introducción en los centros de enseñanza de conocimientos, adoctrinamiento y aprendizaje a los alumnos para que "éstos dispongan de una cultura tributaria (de tributo) y financiera y como para gestionar competentemente ese ámbito de su vida". Y todo a través de una proposición no de Ley y para cumplir el objetivo al final de la educación secundaria.
Y es que el ambiente está para no dejar a la desidia y a la casualidad el que este país se convierta definitivamente en un nido de reptiles (coño! reptiles) y ratas que se vean salpicados de esa moda y costumbre del pelotazo y el engaño al que nos hemos y estamos acostumbrando a estas nuevas generaciones a las que tenemos que educar con el buen ejemplo y examinando trimestralmente. Aunque éste (el buen ejemplo) no sea observable en esa realidad diaria y sí en el intento de hacer de las buenas costumbres y el respeto a lo propio, y no a lo ajeno, que se pueda transportar a los centros educativos a través de materias ad hoc:
Prevención. Ésa es la palabra mágica que viene a coincidir con todo el moviento que lleva, a la vez y por otro lado, reivindicando otra línea educativa que la ahora planteada por el PP, y como para hacer partícipes a los jóvenes alumnos en el aprendizaje de materias en Primeros Auxilios y a través de esa otra genial iniciativa de presentar y difundir la idea de que "los niños de hoy, pueden salvar una vida mañana". Y que durante meses ya intenta que parte de la famosa asignatura de Educación Cívica, o formando parte de la misma, estas cuestiones sean abordadas en los centros de enseñanza. Y a través de un precioso movimiento multidireccional que ha tenido un perfecto seguimiento y difusión en las Redes y que ha conseguido poner de acuerdo a distintos agentes en algo que es evidencia y sobre todo necesario, y que de forma aislada y puntual, sin el desarrollo preciso de un itinerario formativo y curricular, venimos ensayando desde hace años con incursiones y docencia arrimada a estas edades y en estos entornos, por parte de muchos de los profesionales que optamos por hacer de la urgencia y emergencia nuestro marco laboral y académico, a pesar de tanta falta de reconocimiento especialista y diferenciado titularmente. Y donde la enfermera, y esa figura de "Enfermera en la Escuela", tiene y tendría mucho que decir.
Es de imaginar que la presentación de esa proposición no de ley ahora, obedezca a todo ese movimiento iniciado en el intento de lavar la cara a este escenario, a los políticos, en cuanto a su abnegada obediencia y respeto a la legalidad y pulcritud de actos que ahora se necesita en mitad de este podrido escenario asumiendo, de una forma recatada, su parte de culpa y su obligación en esa inyección de medidas que nos presenten al resto no solamente como un país de pandereta y oportunismo ("pacto contra la corrupción", le llaman), sino de grandes ideas y fondo, como el que posee la iniciativa #EdCivEmerg, que esperemos sea tratada de la misma forma que ahora se vislumbra para esa otra de #EdCivFisc que se plantea en mitad de la tormenta mediática y que, por otro lado, desmontaría el chiringuito de unos cuantos que también se ha ido construyendo con el paso de los años y alrededor de la formación en urgencias, emergencias y Primeros Auxilios, racionalizando e incardinando esa demanda de una forma mucho más coherente y global. Que en todas partes cuecen habas, no nos equivoquemos.
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