Navegando la Red he dado hoy con esta imagen y con esta linea de marketting profesional lanzada por el Centro para la formación en Enfermería de Oregón en el intento de captar estudiantes .
Está claro que a través de la imagen y del texto, se invita a desmitificar la imagen enfermera relacionada con, ya no solo la mujer, sino con supuestas inclinaciones homosexuales con las que (más veces de lo que podamos imaginar) se pueda identificar una elección masculina por la dedicación profesional alrededor de los cuidados enfermeros.
La imagen está obtenida de un Blog con muy buen fondo y estructura que por casualidad he encontrado, y cuyo post relacionado plantea la pregunta de si se se puede desmitificar la idea de que un hombre enfermero no tiene por qué ser gay, contrariamente al estereotipo que suele saltar a muchas cabezas...
Es esa histórica relación y ratio mujer/enfermera inclinada "a favor" de éstas, la que juega además en muchas ocasiones identificadas, como motivo y "lastre" en cuanto a esa consideración profesional situada por debajo de nuestras aspiraciones y valía de conjunto, y jugando también "a favor" de la sumisión y la falta de liderazgo, del sometimiento histórico y de la pasividad que parecen ser, a la vez, las cuestiones y el dato que suscita el que por otro lado, los hombres que hemos decidido optar por la profesión de enfermero, atraigamos a muchas mentes la necesidad de plantear dos inevitables preguntas o razonamientos (absurdos) poco reflexionados y con los que muchas veces nos encontramos: ¿Por qué no has estudiado medicina?. ¿Eres gay?.
Y es que de esos estereotipos es de los que se alimenta muchas veces la opinión de quienes no conocen nuestro potencial enfermero, tanto masculino, como femenino o gay. Muy por encima de definiciones sexuales, sexistas y homófobas llegado el caso.
A nadie se le ocurre preguntar, por ejemplo, a una mujer médica si es lesbiana por el hecho de diagnosticar enfermedades y tratarlas como opción profesional. Y es que hasta en ésto, necesitamos sacar y desarrollar resortes de defensa que desvían en lo más importante cualquier intento por ese hacernos visibles y diferentes en el conjunto de disciplinas, y que mantienen esos estereotipos que, nos guste más o menos, han anidado en el subsconsciente de un colectivo mucho más amplio que lo que podamos imaginar y que aflora en demasiadas ocasiones. Cuestión de la que todos tenemos muchos ejemplos y que tanto daño nos hacen como profesión.
Y tú: ¿Te sientes lo suficiente hombre para decir que eres enfermera?.
Comentarios
Todos mis compañeros se consideran enfermeras y lo dicen con orgullo.